Los medios de comunicación se encuentran ante un desafío cada vez mayor: la duplicación de sus páginas y logotipos para la distribución de información errónea. Descubre las razones detrás de esta tendencia y las estrategias para identificar las falsificaciones.
La propagación de noticias inventadas adopta múltiples formas, desde imágenes manipuladas hasta la creación de sitios web y perfiles de redes sociales que imitan a los originales.
Poco después de que Donald Trump resultara reelegido como presidente de Estados Unidos en noviembre pasado, se viralizó en las plataformas digitales una supuesta portada de la revista The Economist con textos en varios idiomas. El titular «Apocalipsis» mostraba a Trump frente al presidente ruso Vladimir Putin con misiles de gran tamaño en el fondo. Algunos usuarios expresaron su temor ante el posible estallido de una Tercera Guerra Mundial y el uso de armamento nuclear. Sin embargo, dicha portada nunca existió ni The Economist publicó tal artículo. Se trató de una estrategia de manipulación informativa conocida como «usurpación de medios». Cada vez más medios de comunicación de renombre a nivel global ven cómo sus logotipos, sitios web, perfiles en redes sociales y su imagen son alterados para difundir relatos falsos o engañosos. Aunque no es un fenómeno nuevo, la cantidad de ejemplos recientes ha aumentado significativamente.
Ejemplos de ello son un artículo ficticio de la CNN sobre el sistema de satélites Starlink de Elon Musk, la réplica de la página web de Der Spiegel con el titular «Las sanciones contra Rusia están destruyendo la economía alemana» o la copia de Le Parisien que afirmaba que los inmigrantes ilegales representaban una amenaza para los Juegos Olímpicos de París. También se encuentra la historia que aseguraba que USAID había patrocinado viajes de celebridades a Ucrania, información que ya ha sido desmentida por verificadores de datos, pero que fue compartida en X por Elon Musk y Donald Trump (con 220 millones y 14,7 millones de seguidores, respectivamente). Y este no es un problema exclusivo de Europa o Estados Unidos. Medios de comunicación de todo el planeta, desde Haaretz en Israel hasta La Prensa en Nicaragua, han sufrido la usurpación de su identidad.
Entonces, ¿cuál es el motivo detrás de esta tendencia de desinformación y cuáles son sus consecuencias? Y lo que es más importante, ¿cómo podemos asegurarnos de que las noticias que consumimos provienen de una fuente auténtica? Los expertos en verificación de información ofrecen algunas recomendaciones.
Desde la manipulación burda de imágenes hasta la suplantación sofisticada
Todos estos casos demuestran que las noticias falsas pueden presentarse con distintos niveles de complejidad. Algunas de estas falsificaciones incluso emplean herramientas de inteligencia artificial. Y, en la mayoría de las ocasiones, tienden a propagarse con mayor rapidez durante acontecimientos noticiosos de última hora, como elecciones, conflictos bélicos, desastres naturales o crisis económicas. Según NewsGuard, una organización de control de la desinformación y de los medios de comunicación en Estados Unidos, 40 medios de comunicación de confianza han sido víctimas de este tipo de suplantación de identidad desde 2018. Un problema que se agrava año tras año. La mayoría de los casos detectados estaban relacionados con operaciones de influencia rusa que difunden narrativas antiucranianas y antioccidentales.
Una de estas operaciones, denominada «campaña de los dobles», se inició tras la invasión rusa de Ucrania. En Alemania, el Ministerio de Asuntos Exteriores publicó un informe técnico en junio pasado que detallaba cómo el país se vio afectado por esta operación rusa, que incluía «decenas de réplicas falsificadas de sitios web de medios tradicionales». McKenzie Sadeghi, autora del análisis de Newsguard, explicó que este tipo de desinformación suele seguir un patrón similar: las afirmaciones se publican masivamente por cuentas de perfil bajo en plataformas como Telegram. Algunas son retomadas por personas influyentes, conscientes o no de su falsedad. «La falsificación continúa ganando terreno y finalmente se abre paso en los medios estatales rusos, que citan a las figuras influyentes en redes sociales que comparten la afirmación en lugar de la fuente original de Telegram, ocultando por completo su verdadero origen», explica Sadeghi.
Las falsificaciones perjudican a la calidad y la credibilidad del periodismo digital
Según Newsguard, los medios de comunicación más perjudicados por las imitaciones son la BBC, CNN, Al Jazeera, el grupo de periodismo de investigación Bellingcat, Fox News, The Wall Street Journal y USA Today. Pero el patrón, los temas y los responsables no siempre son los mismos, ya que existen diferencias regionales evidentes. En Nigeria, por ejemplo, un estudio observó cómo páginas web clonadas de Vanguard y Daily Trust han difundido rumores sobre temas como la pandemia de covid-19, la insurgencia de Boko Haram o los precios del petróleo, cuestiones relevantes en el debate político local.
«Los sitios web de medios clonados son un problema grave, con el potencial de minar la credibilidad y la calidad del periodismo digital, la opinión pública, el proceso democrático y la cohesión social», declaró uno de los autores del estudio, Abubakar Tijjani Ibrahim, profesor de la Politécnica Estatal de Kano en Nigeria. Para él, los medios clonados carecen de ética y de estándares profesionales y «tienden a recurrir al sensacionalismo, presentando los problemas de la forma más provocativa».
Entonces, ¿qué medidas podemos tomar para verificar el contenido?
La verificación de la autenticidad de la información implica combinar la observación crítica y el análisis con el uso de herramientas que pueden proporcionar pistas valiosas (aunque no infalibles). Una recomendación inicial es buscar errores ortográficos o gramaticales, así como espacios irregulares o texto borroso. Ante la duda, se puede consultar el sitio web original y comparar la apariencia de ambos. ¿Se observa algo inusual? En el sitio web original se puede buscar la noticia por palabras clave para comprobar si aparece. Y también se pueden consultar otros medios de comunicación. Si algo parece sospechoso, es probable que la historia sea inventada.
En el caso de una captura de pantalla, se puede realizar una búsqueda inversa de imágenes, utilizando Google Imágenes o Tin Eye, por ejemplo. Esto podría dar una pista sobre si esa imagen se ha utilizado anteriormente y si la historia ya ha sido verificada y desacreditada. Una búsqueda inversa de la imagen de la supuesta portada de The Economist lleva directamente a varios sitios en los que se desmiente la noticia.
En cuanto a los perfiles clonados de medios de comunicación en redes sociales, Ibrahim sugirió comprobar si ofrecen enlaces a los datos de contacto correctos. Uno de los clones que analizó en Facebook ofrecía una cuenta personal de Gmail como opción de contacto. En el caso de los sitios web clonados, otra señal de alerta es la URL o dirección web. Una búsqueda en Google suele proporcionar la dirección correcta. Una inspección del sitio clonado podría revelar variaciones. ¿Recuerdan el sitio web falso de Le Parisien que mencionamos antes? En ese caso, la URL terminaba en «.top», mientras que la URL oficial termina en «.fr». Lo mismo ocurrió con la página web de Der Spiegel: el sitio oficial es www.spiegel.de; el falso es www.spiegel.ltd.
McKenzie Sadeghi, de Newsguard, indicó que una medida adicional podría ser comprobar los registros del dominio, por ejemplo, en la plataforma Go Daddy o en Who.is. «Había un artículo falso en Spiegel.ltd», explicó. Los registros del dominio, que son gratuitos y se pueden consultar, muestran que se registró de forma anónima en junio de 2022, mientras que el dominio real del medio se registró mucho antes.
En resumen, manténgase alerta y verifique si una noticia proviene realmente de una fuente de noticias fiable.