Un estudio reciente revela que los estudiantes que utilizan la tecnología de forma intensiva en el aula obtienen peores resultados académicos, especialmente en matemáticas, en comparación con aquellos que la emplean con moderación. El análisis, basado en datos del informe PISA y una investigación de las fundaciones Cotec e ISEAK, indica que un uso excesivo de dispositivos digitales en clase puede estar vinculado a una disminución del rendimiento escolar.
En España, comunidades como el País Vasco, Navarra y Cataluña, donde el uso de tecnología en el aula es más frecuente, han experimentado las mayores caídas en los resultados del informe PISA en la última década. En contraste, un uso moderado de la tecnología, como varias veces al mes, se asocia con mejores resultados académicos. Este patrón negativo también se observa en lectura y ciencias, y afecta especialmente a estudiantes de entornos socioeconómicos bajos y a chicas.
Aunque no se ha determinado la causa exacta de esta tendencia, se sugiere que factores como la distracción o el multitasking podrían influir. Expertos como Lucas Gortázar y Ainhoa Osés enfatizan la necesidad de investigar más a fondo el papel del tipo de herramienta, el propósito pedagógico y la formación docente. A pesar del avance en el acceso tecnológico tras la pandemia, persisten interrogantes sobre su impacto educativo, subrayando que no es la cantidad de uso, sino el cómo, lo que realmente importa.